LA CRIPTA (1981)


'La cripta' es la adaptación de una novela de Eduardo Mendoza, con un guion en el que él mismo colaboró. La acción gira entorno a un misterioso y turbio asunto: niñas que desaparecen de uno de los mas selectos internados de Barcelona, para reaparecer a los pocos días sin recordar absolutamente nada. 

Por aquello de guardar las apariencias, la policía encarga la investigación a un pobre desgraciado, un antiguo delincuente que se encuentra recluido en un psiquiátrico. Sus pesquisas le llevarán a indagar por toda la ciudad, desde las sórdidas callejuelas del Barrio Chino hasta las casas ajardinadas de Sant Gervasi. Y de eso va la peli, no hay mas.


Hoy la he vuelto a visionar porque ya la tenía en el olvido y porque está ambientada en esa Barcelona de los años 70/80 cuyo recuerdo me encanta recuperar a través del cine. Si, algunos planos son como puñaladas de nostalgia, pero no lo puedo evitar, debo ser algo masoca en este sentido. Por ejemplo, en esta cinta salen las Ramblas con sus sillas de alquiler (frente al cine Capitol, mas conocido como el 'Can Pistolas'), los almacenes Simago, el bar Canaletes y el quiosco junto a la Plaça Catalunya con la prensa del día, cuando aún vendía periódicos y revistas en lugar de souvenirs cutres. 

Mas allá de su valor testimonial de la Barcelona que fue y ya no será, 'La cripta' es algo así como una comedia detectivesca con un protagonista inusual que carga con todo el peso de la historia. En términos de cine negro no es gran cosa y el supuesto misterio acerca de las desapariciones se puede intuir facilmente. Y como ficción para aflojarnos la risa, pues tiene algunos momentos irónicos pero poco mas.


Sin embargo, la película cuenta con una de las mejores interpretaciones que recuerdo del gran José Sacristán: un protagonista que vive ingresado en un psiquiátrico y del que desconocemos su nombre, adicto a las Pepsi-Colas y al que le gusta recitar poemas de Becquer y cantar coplas; un 'loco-pero-menos' que sortea los obstáculos de la investigación a base de ingenio y picaresca y dotado de una formidable capacidad de observación y deducción. 

Su personaje se enfrenta a situaciones entre peligrosas y surrealistas en un periplo a través de la ciudad para resolver el caso de una niña desaparecida. Como motivación, el inocente convencimiento de que obtendrá la libertad si consigue resolver el asunto. Y como medios, tan solo una cañita para sorber refrescos. 


'La cripta' es algo inclasificable: tiene una trama propia del cine negro pero gracias a su peculiar protagonista también funciona como comedia estrafalaria. Su banda sonora, con temas de jazz-fusión donde predomina una guitarra española de sonido muy mediterráneo, se encarga de reforzar mas la parte cómica y desenfadada de la cinta.

Es una película modesta pero con un estupendo elenco de secundarios, lástima que queden algo desdibujados o desaprovechados en un guion irregular. La dirigió un tal Cayetano del Real, que tampoco se complicó mucho la vida; de manera que una de las ideas mas originales y divertidas del cine de la Transición se quedó al final en una cinta discreta.

Eso si, la recomiendo sin reservas si, como yo, prefieres también la Pepsi a la Coca-Cola.  Y solo por ver en la pantalla una obra del autor de 'Sin noticias de Gurb' o por el recital que se pega Sacristán, también.


La Cripta  (España, 1981)
Director: Cayetano del Real     Guion: Eduardo Mendoza, Cayetano del Real, Francisco G. Siurana     Basada en la novela 'El misterio de la cripta embrujada'  de Eduardo Mendoza
Fotografía: Jaume Peracaula     Música: Joan Cassola, Diego Cortés
Con José Sacristán, Blanca Guerra, Carlos Lucena, Marta Molins, Rafaela Aparicio, Alfred Luchetti, Mario Gas, Tito Junco, Assumpta Serna, Arnau Vilardebó, Víctor Israel.

LAS ARENAS DE KALAHARI (Sands of the Kalahari, 1965)


Un avión sufre un accidente mientras sobrevuela el desierto del Kalahari. Se estrella en mitad de la mas absoluta nada y sobreviven cinco hombres y una mujer. Tras una penosa travesía llegan hasta una cueva con una charca de agua cercana. Allí deciden aguardar a su rescate. Pero muy pronto empezarán las discrepancias y los malos rollos debido a la escasez de recursos, el liderazgo del grupo y (ay!) la perturbadora presencia de la guapísima Susannah York entre tanto elemento masculino. 


'Las arenas de Kalahari' es una de esas pelis de las que esperaba algo que luego no está ahí. Sobre el papel parece una cinta de aventuras con elementos muy molones: hay un accidente aéreo provocado por una plaga de langostas, supervivientes abandonados a su suerte, una extraña cueva con pinturas en las paredes, babuinos con mala leche...

Todo está ahí, pero de algún modo estas ideas se van diluyendo en un innecesario metraje de dos horas. Y lo que acaba prevaleciendo es un sombrío análisis sobre la lucha por la supervivencia de un grupo de extraños.

Realmente, 'Las arenas de Kalahari' es menos una película de aventuras y mas un relato de tensión centrado en los conflictos y sentimientos de unos personajes enfrentados a circunstancias extremas: agua escasa, poca comida a la vista y lo peor, comportarse como un puñado de cretinos.


Así que la película renuncia a ser un apetecible espectáculo en Panavision para engullir palomitas, para convertirse en un solemne estudio de la naturaleza humana mas primigenia: la que sale a la luz cuando soltamos al ciudadano 'civilizado' en un entorno salvaje y hostil. Pero en ese sentido se apoya en unos personajes poco sugerentes y escasamente empatizables. Solo Susannah York anima algo la función en su rol de detonante de los instintos sexuales reprimidos entre los mas salidos de los supervivientes.

Dirige el veterano Cy Enfield, que acababa de finalizar el rodaje de su cinta mas conocida, 'Zulu' (1964) y decidió quedarse en el continente africano para filmar la adaptación de esta novela de William Mulvihill. Cineasta con mucho oficio (mas de 30 títulos), Cy Enfield empezó su carrera en los Estados Unidos, aunque tuvo que continuarla en el Reino Unido tras ser acusado por el Comité de Actividades Antiamericanas e incluido en las listas negras de Hollywood.


'Las arenas del Kalahari' es una película que se queda entre dos caminos por los que nunca acaba de transitar del todo. Por un lado, su análisis de personajes abocados a la supervivencia es algo forzado, con situaciones inverosímiles y un montón de capullos o de tópicos vivientes como protagonistas. Aún así, brinda una puesta en escena dura y creíble, que saca provecho de los agrestes paisajes naturales del desierto africano. 

Por otro lado apunta maneras como relato de aventuras: con primates acechantes, un accidente de avión y alguna escena curiosa, como cuando intentan cazar un onyx. Pero no termina de resultar entretenida o cautivadora en este sentido.

A mi me resultó un punto aburrida, aunque se deja ver. 
Pero si te va todo el rollo ese del darwinismo empírico aplicado al hombre moderno, no dejes de verla.


Sands of the Kalahari  (Reino Unido, 1965)
Director: Cy Enfield     Guion: Cy Enfield, basado en la novel ade William Mulvihill
Fotografía: Erwin Hillier     Música: John Dankworth
Con Stanley Baker, Stuart Whitman, Susannah York, Harry Andrews, Nigel Davenport, Theodore Bikel.

LA ÚLTIMA MUJER SOBRE LA TIERRA (Last woman on Earth, 1960)

 


Un estafador inmobiliario (Antony Carbone), su esposa (Betsy Jones-Moreland) y su abogado de confianza (Robert Towne, acreditado como Edward Wain) se encuentran disfrutando de unos días de vacaciones en Puerto Rico. Mientras gozan de las atracciones locales (peleas de gallos y casinos) ella se dedica a flirtear con el picapleitos, pero sin ir mas lejos de un 'ay, si yo quisiera y tú te dejaras...'

Para que a la muchacha le dé un poco el aire, salen a bucear. Y por esas casualidades tontas del destino, resulta que en mitad de la inmersión, el planeta Tierra se queda durante cierto lapso de tiempo sin oxígeno. Debido a la costumbre ancestral del ser humano por respirar, todo el mundo la palma. Solo queda el feliz trío, que aprovecha los respiradores del equipo de buceo para ir por ahí y comprobar que están mas solos que Robinson Crusoe.

Las cosas se van a ir poniendo tensas porque el estafador quiere mandar y hacerlo todo a su manera. Ella se deja llevar, aplicando la clásica fórmula del 'eso lo lleva mi marido'. Y mientras, el abogado se dedica a rondar a la chica, cada vez menos resignado a subsistir como el becario célibe de su jefe.


El sagaz Roger Corman dirigió esta cinta en 1960 en una semana, aprovechando su estancia en Puerto Rico mientras realizaba otra película: 'El monstruo del mar encantado', con los mismos protagonistas. 

El resultado fue este drama sobre tres personajes abandonados a su suerte tras sobrevivir a un extraño apocalipsis, en el que la humanidad se va al garete tras quedarnos todos sin oxígeno durante un ratito. Pero eso a ellos les da un poco igual: si les apetece fumar aunque apenas puedan respirar, pues encienden un cigarrillo y punto. Y lo de haberse quedado solos sobre el globo terráqueo no parece traumarles mucho mas que perder un autobús. 

A partir de ahí, los personajes prefieren pelearse entre ellos en lugar de aprovechar para vivir lo mejor posible. Y en lugar de organizarse entre los tres (como decía la canción de Aute), uno de ellos se pone en plan macho alfa y le dice al otro que si, que solo queda una tía, pero se mira y no se toca.

La película aborda principalmente como se desmoronan las convenciones sociales entre los tres supervivientes: familia, matrimonio, propiedad privada... todo muy evidente en un escenario como el planteado. Corman ahorra escenas morbosas y se beneficia de un unos diálogos con cierta chispa, gracias al guion (improvisado, por cierto) de Robert Towne (que también hace el rol del abogado), mas tarde responsable del texto de exitazos como 'Chinatown' o 'Misión: imposible'. Y no da mucho mas. Es una historia que no atrapará a quienes les apetezca disfrutar un relato de ciencia ficción sólido, igual que en su día debió defraudar a los espectadores que, guiados por el póster, acudieron a verla en busca de morbo y dermis femenina.


'La última mujer sobre la Tierra' es uno de los entretenimientos de Corman menos divertidos. Parece un capítulo (de los flojos) de 'The twilight zone', la mítica serie de Rod Serling estrenada un año antes. De hecho, me recordó un poco a su icónico primer episodio, titulado 'Donde está todo el mundo'. Se nota igual de apresurada que otras de sus películas, pero bastante menos inspirada e imaginativa. La puesta en escena es bajo mínimos y la banda sonora no es nada atmosférica: por momentos parece hecha para otra película, o directamente es música de ascensor. Y las interpretaciones solo se salvan gracias a algunos diálogos ingeniosos. 

Además, tampoco resulta tan estrafalaria o bizarra como para pasar un buen rato o volverla a ver. Y su desenlace es absurdo y forzadamente reaccionario.

La película se estrenó en un programa doble junto a la célebre (y mucho mas divertida) 'La pequeña tienda de los horrores'. Y originalmente era en color y formato panorámico, aunque casi todas las copias que pueden verse actualmente son las que se tiraron para televisión: en 16 mm. y blanco y negro. 

No es de lo mejor del genial Corman, pero puede presumir de ser la cinta que descubrió a Towne como guionista. 


The last woman on Earth  (EE.UU., 1960)
Director. Roger Corman     Guion: Robert Towne     Fotografía: Jacques R. Marquette
Música: Ronald Stein
Con Antony Carbone, Betsy Jones-Moreland, Robert Towne.

EL CIUDADANO SE REBELA (Il cittadino si ribella, 1974)

 


A Franco Nero le roban los dineros en el atraco a una sucursal de correos mientras está el hombre haciendo un ingreso, o un envío o lo que sea. Para colmo se lo llevan de rehén para escapar de la policía por hacerse el listillo al intentar escaquearse del robo.

Los atracadores le sueltan tras escaparse con el botín, pero el tipo pilla un cabreo épico, de los que no se van ni tomando paracetamol. Así que viendo que la policía pasa de todo, decide ser él mismo quien busque y castigue a los fulanos que le han vaciado los bolsillos. A partir de ahí se dedicará a chantajear a un delincuente de poca monta (Giancarlo Prete), para que le  lleve hasta ellos: algo que logrará tras sufrir persecuciones y palizas y soportar la brasa de su pareja (Barbara Bach) para que lo deje estar. 


'El ciudadano se rebela' es uno de los 'exploits' que surgieron tras el éxito de 'El justiciero de la ciudad', aunque a esta cinta de Enzo G. Castellari hay que reconocerle el don de la oportunidad como a pocas: se estrenó en Italia unos 3 meses antes que la de Charles Bronson. 

La película es una colección de los mejores tópicos que suelen alegrar la función en una historia de justicieros urbanos, a saber: un estamento policial inoperante y corrupto, leyes injustas que protegen a los delincuentes y ningunean al honrado ciudadano y un protagonista que explota como olla a presión de mercadillo ante tanta injusticia y tanta perrería. 

La historia arranca muy bien, con unos títulos de crédito amenizados por imágenes de violencia callejera, atracos, tirones... todo ello filmado con la solvencia marca de la casa de Castellari para las escenas de acción. Hay realmente una gran labor de especialistas en toda la película, a lo que hay que sumar a Franco Nero dándolo todo, sin usar dobles de riesgo.


A partir de ahí, la trama se esfuerza en divulgar el habitual mensaje en estas cintas, ya saben: malhechores brutales, leyes blandas y fuerzas de seguridad desbordadas o propensas al soborno. Quizás lo peor de 'El ciudadano se rebela' sea justo la forma en que aborda el asunto, porque todo me parece muy pillado por los pelos. Que a ver, si, lo que le pasa al protagonista es una putada. Pero que un ciudadano corriente y mas bien aburguesado pase a acosar a unos atracadores profesionales por algo así es bastante irreal. Cierto que todas estas historias de justicieros urbanos lo son, pero la insistencia por brindar un aire de denuncia a todo el asunto resulta en algunos momentos un poco absurdo.

La cinta está bien ambientada en los bajos fondos de Génova, entre bares de mala muerte y muelles solitarios. Es una pena que la banda sonora no contribuya con mas acierto a reforzar esto; no pasa de ser una especie de machacona balada rockera, que se repite una y otra vez.


Por lo demás, 'El ciudadano se rebela' contiene no pocos elementos con los que pasarlo bien: además de la denuncia y feroz cabreo contra una sociedad permisiva, tenemos una bonita e imposible amistad entre un delincuente con ganas de serlo menos y el protagonista. Y persecuciones y momentos de acción, escasos pero muy conseguidos: a destacar el momento en que Franco Nero tiene que esquivar un coche para evitar morir atropellado. Oh, y tenemos ahí a Barbara Bach, siempre guapísima, unos años antes de casarse con Ringo Starr (y de aparecer en 'La espía que me amó', junto a Roger Moore).

Una película entretenida, de ritmo algo desigual pero con escenas de acción y violencia molonas, coronadas por un épico final en la línea de los mejores tiroteos del spaghetti-western. 


Esta película también es conocida como Street law.

Il citadino si ribella  (Italia, 1974)
Director: Enzo G. Castellari     Guion: Massimo De Rita, Dino Maiuri
Fotografía: Carlo Carlini     Música: Guido y Maurizio De Angelis
Con Franco Nero, Giancarlo Prete, Barbara Bach, Renzo Palmer, Nazzareno Zamperla, Massimo Vanni, Romano Puppo.

MONTAÑA RUSA (Rollercoaster, 1977)

 


En plena moda de las películas de desastres allá por los 70, comenzaron a aparecer cintas que mezclaban algún suceso hecatómbico con una generosa dosis de suspense para que los espectadores pudieran comerse las uñas a gusto. Así, francotiradores y terroristas se sumaron con alegría al ya conocido repertorio de terremotos, incendios y olas gigantes. Títulos como 'El enigma se llama Juggernaut', 'Pánico en el estadio' o 'El puente de Cassandra' se sucedían en las carteleras de los cines. Y en éstas, en el 77 llega  'Montaña rusa'.

Aquí la cosa va de un saboteador de parques de atracciones. Un tipo del que no sabemos nada (Timothy Bottoms) pone un pequeño explosivo en el rail de una montaña rusa, haciendo descarrilar las vagonetas. Aunque todo el mundo cree que se trata de un accidente, el jefe de mantenimiento y seguridad (George Segal) sospecha que puede tratarse de algo intencionado. Un incendio en otro parque de atracciones le llevará a colaborar con el FBI para detener al saboteador, que pide un millón de dólares para no seguir haciendo volar por los aires a la gente.


'Montaña rusa' empieza con una secuencia muy entretenida y bien culminada con el accidente de la atracción. A pesar que puede apreciarse algún trucaje (muñecos), está bien resuelta gracias a unos competentes efectos y a un acertado montaje de planos cortos que hace que los defectos pasen mas desapercibidos. A partir de ahí se va construyendo una trama de suspense bastante tópica y la película racanea en espectacularidad. La verdad es que eché de menos algún accidente mas: por ejemplo, el segundo sabotaje (vagamente descrito como 'un incendio') no se muestra y solo se ven unos camiones de bomberos dirigiéndose al parque de atracciones.

El peso de la acción recae en George Segal, que da vida a un supervisor de seguridad de las atracciones: un tipo divorciado que intenta superar su adicción al tabaco mediante terapia a base de calambrazos, que conduce como un animal y que le enchufa su hija (por cierto, interpretada por una muy joven Helen Hunt) a su actual pareja para que la cuide. Por otro lado tenemos a Richard Widmark, que aquí interpreta a un jefe del FBI que va por ahí cuestionando lo evidente y repartiendo cartas de recomendación. 


En fin, tenemos una pareja de protagonistas que parecen sacados de una peli de Billy Wilder pero en realidad sostienen toda una trama de suspense, para mi gusto mas bien tópica y algo falta de interés. Desde el descarrilamiento inicial hasta el desenlace tan solo hay una secuencia de cierta tensión: cuando intentan detener al saboteador en el momento de realizarle el pago. El resto parece una excusa para que desfilen en el metraje algunas estrellas metidas ahí con calzador: Henry Fonda sale haciendo de jefazo pero no aporta nada. Y Susan Strasberg aparece algo mas pero tampoco en un rol indispensable. 

Lo mejor, la ambientación en los parques de atracciones: realmente muy bien conseguida, con las habituales muchedumbres, colas para subirse a los cacharros y niños hiperactivos poniendo a prueba la paciencia de mamis y papis. Y en la banda sonora encontramos al gran Lalo Schifrin, aunque aquí algo mas gris de lo habitual.


La película da para pasar el rato si no te planteas demasiado las cosas: El personaje de Timothy Bottoms no hace nada por pasar desapercibido, de hecho va dando la nota por donde quiera que pase. Y se cuela en una reunión de directores de parques de atracciones y les pone un micro: como se entera de donde se reúnen es lo de menos, ya se lo imaginarán los espectadores... y así un poco todo. Y como digo solo hay tres secuencias de cierta tensión, aunque largas: la del sabotaje inicial, otra cuando deciden entregarle el dinero y la final, en la que intentará provocar otro accidente.  

'Montaña rusa' es un thriller de realización sin complicaciones en el que se echa de menos una trama mas intensa y coherente. Pero su intento de generar paranoia con los parques de atracciones me resulta simpática, al igual que su protagonista.

Como curiosidad, fue una de las pocas películas estrenada con sonido 'sensurround'. Desarrollado por los estudios Universal, el sensurround consistía en colocar unos altavoces especiales en algunas salas de cine, capaces de generar sonidos de ultrabaja frecuencia. El resultado era una sensación de 'temblor' en todo el cine. El invento se estrenó con 'Terremoto' en 1974 y continuó con 'La batalla de Midway' y 'Montaña Rusa'. Pero empezaron a producirse algunos problemillas...  para empezar, la complejidad técnica de su instalación. Pero también se reportaron daños en algunas salas de cine (se desprendían trozos de techo) e incluso en locales y pisos colindantes. Y hubo quejas de algunos espectadores, que experimentaron molestias. 
Tras su empleo en el estreno de las dos películas de 'Galactica' (la serie de televisión, de la cual se llegó a estrenar en pantalla grande algún episodio), Universal envío el sensurround a freir esparragos.


Rollercoaster  (EE.UU. - 1977)
Director: James Goldstone     Guion: Richard Levinson, William Link
Fotografía: David M. Walsh     Música: Lalo Schifrin
Con George Segal, Timothy Bottoms, Richard Widmark, Henry Fonda, Harry Guardino, Susan Strasberg, Helen Hunt.