ALISON'S BIRTHDAY (1981)

 


El género de terror satánico propició taquillazos como 'La semilla del diablo' o 'La profecía' a lo largo de los años 70. Las películas que imitaban el estilo y el suspense de esas cintas referenciales se multiplicaban como setas por todas partes, Australia incluida.

Allí se filma en 1979 (aunque no se estrenará hasta el 81, vayan ustedes a saber porqué) esta muy modesta pelicula, 'Alison's birthday'. No se estrenó en España, así que en esta reseña se queda el título así, en english. De su limitación de medios, solo mencionar que se filmó en 16 mm. y fue 'agrandada' a 35 mm. para su estreno comercial en salas. Así que si dan con una copia para verla y ven mucho grano en la fotografía no se pongan exquisitos, es que es lo que hay. 

Muy influida en este caso por 'La semilla del diablo' (aunque mas conectada con el 'folk-horror' que con el terror satánico), la historia gira en torno a una chica -huérfana de padre y madre- llamada Alison (Joanne Samuel, que también daría vida a la novia de Max Rockatansky en 'Mad Max - Salvajes de autopista'). Al empezar, la moza tiene unos 16 años y hace una sesión de 'ouija' con sus amigas, donde es advertida de que NO se le ocurra asistir a su fiesta de 19 cumpleaños.


Pasan los años y se acerca la fecha de su 19 aniversario. A pesar de la advertencia y de que la ouija esa acaba de una manera bastante traumática, a Alison ya se le ha olvidado un poco el asunto. Así que decide aceptar la invitación a la fiesta que sus tíos (que la cuidaron de pequeña como a una hija) le han preparado para la ocasión. Se traslada al lugar con su novio (Lou Brown) y muy pronto empezará a notar cosas raras por allí: sus tíos tienen un conjunto megalítico (en plan Stonehenge pero mas doméstico) en el jardín, le preparan brebajes y bebidas extrañas y tienen a una señora de 103 años escondida en la casa...  

En fin, a partir de ahí se desarrolla una historia de suspense con algún momento mas terrorífico que, en general, me ha parecido bien ejecutada y entretenida. La falta de medios no lastra apenas la película, gracias a evitar efectos especiales costosos o complicados. Y el argumento se desarrolla de menos a mas, se toma su tiempo para presentar a los personajes y la situación y avanza hasta ser una cinta de terror bastante convincente y con un final potente. 

Podría ser mejor, contar con una banda sonora mas atmosférica y ser algo mas ágil; sin mencionar un punto de torpeza narrativa, como la manía del director de meter planos insertos por la cara. El resultado final me trajo a la memoria algunos telefilms de suspense y terror de la época, como la estupenda serie de tv británica 'Tensión' ('Thriller' en original).


Pero en cualquier caso, 'Alison's birthday' me ha parecido una película muy recomendable, siempre disculpando la humildad de la propuesta. No hay 'jumpscares', efectos visuales, maquillajes costosos ni nada similar. Pero si saben disculpar la humildad de la propuesta y aprecian una historia de 'folk-horror' que se toma su tiempo construyendo el suspense y un desenlace muy a la altura del género, creo que sabrán apreciarla.



Alison's birthday  (Australia, 1981)
Dirección y guion: Ian Coughlan     Fotografía: Kevan Lind     
Música: Brian King, Alain Oulman
Con Joanne Samuel, Lou Brown, Bunney Brooke, John Bluthal, Vincent Ball, margie McCrae, Martin Vaughan.

OJOS DE FUEGO (Eyes of fire, 1983)

 


'Ojos de fuego' es una modesta película de folk-horror de los años 80 y que con los años ha ido ganando cierto prestigio como cinta de culto. 

Aquí la cosa va de un grupo de colonos americanos que son expulsados de su comunidad y deben adentrarse en territorio desconocido. Tras un incidente con los indios de por allí se internan en un valle maldito, donde extrañas fuerzas de la naturaleza hostiles y malignas harán de las suyas. Solo la presencia de una joven bastante rarita y cuya madre fue quemada por bruja parece estar advertida de lo que les acecha entre los árboles.


La verdad es que el periodo colonial americano me parece un escenario ideal para ambientar historias de terror. Gente que se adentraba en una naturaleza desconocida, sin mas defensa que un mosquetón y un cuchillo; el folklore de los nativos, la santurronería y la obsesión por las brujas... creo que nunca ha sido demasiado explotado para las muchas posibilidades que tiene. Aquí encontramos todo eso y mas, en una idea plasmada de forma muy personal por un director debutante, Avery Crounse.

La película oscila entre el terror de videoclub, con efectos especiales muy complejos pero resueltos de manera algo precaria, con otro tono mas íntimo que ahonda en el terror a la naturaleza. Es ahí, en esos momentos, donde brilla y se convierte en una película inusual, mágica e inspiradora, cuya influencia puede apreciarse en cintas actuales (me viene a la cabeza 'La bruja' de Robert Eggers).

El particular universo de 'Ojos de fuego' toma cosas prestadas de los cuentos de hadas, de las supersticiones y del folklore de los indios para crear una experiencia única, visualmente atractiva e impactante y que explota bien la sensación de desamparo de esos colonos arrojados a su suerte y enfrentados a sus propios demonios, tanto como a otros que les acechan en la quietud del bosque; una especie de ensueño colectivo en el que nadie querría estar.


Por desgracia, no todo es redondo en la película. Hay momentos que rozan lo incomprensible, como si se hubieran quedado cosas en la sala de montaje (y de hecho, fue así). Y se abusa de unos efectos especiales tan innecesarios como, en algunas ocasiones, algo cutres. Hay explosiones por la cara, virajes de color, desapariciones de personajes con transiciones muy falsas... cosas que rompen el tono lírico de la cinta. Quizás así adquiría un acabado mas comercial, mas vendible, pero claramente rompen la conexión que por momentos alcanza con el espectador gracias a un ritmo pausado y contemplativo. 

Una cinta poco conocida pero que ha perdurado como un clásico del folk-horror. 

La película fue editada en blu-ray con un nuevo remontaje y con el título 'Crying blue sky' (título que manejó su director mientras la filmaba y que fue cambiado por los productores) y en él se añadieron varios minutos donde se explican mejor las motivaciones de los personajes. Y me imagino que algunas escenas tendrán algo mas de sentido. 

'Ojos de fuego' se filmó en 1983, pero no sería estrenada hasta dos años mas tarde.

Eyes of fire (EE.UU - 1983)
Dirección y guion: Avery Crounse     Fotografía: Wade Hanks     Música: Brad Fiedel
Con Dennis Lipscomb, Guy Boyd, Rebecca Stanley, Karlene Crockett, Sally Klein, Rob Paulsen, Fran Ryan, Kerry Sherman.

ÁNGEL DE VENGANZA ( Ms .45, 1981)


Thana (Zoë Lund) es una chica muda y de carácter reservado que trabaja en un taller de alta costura. Un día, mientras regresa a a casa, es asaltada por un tipejo que la introduce a la fuerza en un callejón y allí la viola.

Por si no había poco con semejante mierda, resulta que otro individuo se ha colado en su apartamento para robar y, cuando ella regresa... vuelve a ser violada! Pero esta vez, las cosas acaban de forma muy distinta: Mientras está en pleno asunto, ella agarra lo primero que pilla y le revienta la cabeza a golpes. 

El trauma que pilla la chavala tras semejante día es de los que te hunden en la miseria y mas allá. Pero por ahora, a Thana no le queda otra que guardarse su frustración y ya de paso, la automática 9 mm. del tipejo ese. Ah, y el cadáver, convenientemente troceado y conservado en bolsas en la nevera. 

A partir de ese momento y fruto del shock, la chica irá desarrollando cierto gusto por tirotear a cualquier elemento masculino misógeno, baboso, acosador y tocanarices con el se cruce.


Extraña e interesante película que forma parte de ese subgénero que se dió en llamar 'rape & revenge' o lo que es lo mismo: violación y venganza. Lo cierto es que es su punto de partida lo que la conecta con esas cintas, normalmente destinadas a la exhibición en las salas 'grindhouse'. Pero a partir de ahí toma un giro curioso, con una protagonista que no emplea la violencia para tomarse cumplida revancha de los culpables, sino como forma de liberar su ira contra los hombres; en particular hacia todos aquellos que se creen con derecho a molestar y a hacer lo que les de la gana con las mujeres.

El director Abel Ferrara va directo al grano y nos muestra los efectos devastadores de esas agresiones sobre la protagonista con algunas pinceladas, como su dificultad para centrarse en el trabajo o su tendencia a aislarse, en especial de los hombres. Tiene pesadillas y visiones y comienza a desarrollar una paranoia con los tíos que acabará, de forma accidental, por impulsarla a usar la pistola como forma de superar el trauma.

Lejos de convertirse en la versión femenina de Paul Kersey, a la protagonista le importa un bledo cargarse a alguien totalmente ajeno a su sufrimiento. Descargará balas y mala leche lo mismo contra pandilleros que contra ligones de bar. Ferrara deforma los clichés del subgénero de justicieros urbanos para entregarnos una anti-heroe reivindicativa, traumada y cabreada. 


Pero que no se me malinterprete, en la película no hay espacio para la ideología de género o el feminismo combativo; 'Ms .45' es el retrato de una chica llevada al límite a la que ya no le importa nada. Tiene una pistola capaz de despachurrar a un búfalo, un montón de balas y un trauma insuperable. Así que... ¡que mejor que salir a patrullar N.Y. vestida de icono fetichista para atraer a algún machito incauto! De caperucita (negra, no roja) o de monja pecadora, todo vale para limpiar las calles de pelmazos y maltratadores. 

La actriz y modelo Zoë Lund lleva todo el peso de la película; tenía 17 años cuando la protagonizó. De belleza delicada y distante, pasa de víctima a verdugo con convicción, creando un personaje antológico. Desgraciadamente, murió con 37 años, tras una vida marcada por las adicción a las drogas. No se prodigó mucho en cine, aunque colaboró nuevamente con Ferrara en el guion de 'Teniente Corrupto' en el 92.

Una película de justicieros urbanos diferente, visceral y donde se evita el morbo gratuito; sembrada de humor negro y de referencias simbólicas, cuenta con un final que se ve venir pero que no deja de ser un festival inolvidable. 



MS .45  (EE.UU., 1981)
Director: Abel Ferrara     Guion: Nicholas St. John     Fotografía: James Lemmo
Música: Joe Delia
Con Zoë Lund, Albert Sinkys, Helen McGara, Editta Sherman, Bogey, Darlene Stuto, Peter Yellen. 

LAS PIRAÑAS ASESINAS (Killer fish, 1979)

 


Un A.D.U.A. (amigo-de-un-amigo) comentó en cierta ocasión cual era su película favorita; tras más de 125 años de historia del séptimo arte sembrados de obras maestras de todo tipo, la agraciada resultó ser 'Anaconda'. Sí, aquella cinta de 1997 en la que Jennifer López intentaba evitar ser devorada por una serpiente amazónica gigante. Y no, no era por ningún motivo personal o nostálgico. Simplemente y siempre desde sus palabras, era porque 'es una película que tiene de todo'. Esto es: tiene acción, aventuras, escenarios exóticos, terror, romance, suspense... de todo!

Aplicando esta argumentación irrebatible, 'Las pirañas asesinas' (estrenada en España con el título de 'Voracidad') debería ser algo así como una obra maestra del estilo cinematográfico del 'tiene de todo'. Hay explosiones a cascoporro, un tornado, pirañas de inconsolable apetito, atracadores y chicas en bikini. ¿Alguien da mas? Oh, y todo ello filmado en los bonitos parajes naturales de Angra Dos Reis, en Brasil. 

La película va de unos atracadores (Con Lee Majors y Karen Black al frente) que se hacen con un mayúsculo botín de piedras preciosas. Y lo ocultan en el fondo de un lago, a la espera que las cosas se calmen. Pero el tipo que ha montado todo el asunto (James Franciscus) no tiene mejor idea que sembrar el lago de pirañas para evitar que ninguno de sus socios se lo robe. 

Un argumento inverosímil, cierto. Pero eso sería disculpable si el resultado final fuera algo mas intenso y divertido. A esto hay que sumarle una falta de medios adecuada para narrar todo lo que se quiere poner en pantalla: montones de explosiones, un tornado, una presa que se viene abajo, un accidente de avioneta... todo tan costoso como innecesario. 

La historia se toma demasiado en serio a si misma, algo para lo que no acompaña su casting, plagado de estrellas de cierto carisma pero de calidad interpretativa algo cuestionable. El mejor:  Lee Majors, ejerciendo de macho alfa de manual, entrecerrando los ojos cuando quiere parecer astuto y arqueando una ceja cuando algo le sorprende. Solo Karen Black se esfuerza en parecer aterrada ante la perspectiva de ser devorada por unos peces carnívoros. El resto del elenco (que incluye a Marisa Berenson y a Margaux Hemingway) parecen estar ahí para cobrar el cheque y pasar unos días al sol de Brasil. 

Por cierto, la localidad donde se filmaron los exteriores (Angra Dos Reis) es una zona costera, algo que rompe de forma intermitente la ilusión de un lago abarrotado de pirañas, en especial con las tomas aéreas. 

'Las pirañas asesinas' pudo haber sido un disparate divertido de haber gozado de un guion menos soso y mas consciente de su condición de entretenimiento bizarro. Se echa de menos algo mas brutal y mas 'pulp'. En su lugar intenta ser espectacular, algo que le hace incurrir por momentos en el ridículo a causa de unos efectos especiales mas bien poco inspirados.

Atención al repertorio de estilo y moda setentero de la cinta, para mi gusto lo mejor: patillas y laca a granel para los peinados, gafas de sol de aviador, pantalones de campana y camisas abiertas... Hasta juegan al backgammon! ¿Qué hay mas de aquellos años que eso? Y de fondo musical suena cada dos por tres una canción de Amii Stewart, lo que contribuye aún mas al festival setentero.

En fin... lamento no haber disfrutado ahora tanto de esta película, como si lo hice a una edad muy temprana en un cine de barrio. En su día y frente a una audiencia mas predispuesta (las cintas de bichos subacuáticos triunfaban arrastradas por el exitazo de 'Tiburón'), supongo que pudo resultar entretenida. Hoy no puedo recomendarla aunque... ¡tiene de todo!


Otros títulos de esta película: 'Voracidad', 'El sol desnudo', 'L'invasion des piranhas'.

Killer Fish  (Italia / EE.UU. - 1979)
Director: Antonio Margheriti     Guion: Michael Rogers     Fotografía: Alberto Spagnoli
Música: Guido y Maurizio de Angelis
Con Lee Majors, Karen Black, James Franciscus, Margaux Hemingway, Marisa Berenson, Frank Pesce, Anthony Steffen, Roy Brocksmith.     


TRAICIÓN SIN LÍMITES (Extreme Prejudice, 1987)

Hasta un pueblo fronterizo del sur de Texas llega un comando de operaciones encubiertas, mandado por el mayor Hackett (Michael Ironside). Son unos fulanos con pinta de haberle lavado muchos trapos sucios al Tío Sam. Su misión consiste en asaltar el banco de la localidad y retirar de una caja de caudales unos documentos pertenecientes al narco Cash Bailey (Powers Boothe) y que implicarían al gobierno de los Estados Unidos en asuntos poco divulgables.

El narco ese utiliza a gente del pueblo para hacer de mulas e introducir droga en el país, algo a lo que el ranger Jack Benteen (Nick Nolte) se enfrenta con la ayuda del sheriff Pearson (Rip Torn), sin demasiado éxito. Disparar y detener a sus paisanos le ha terminado de amargar el carácter, aunque tampoco parece que el tipo fuera anteriormente un dechado de alegría. Además, el narco y él eran amigos de jóvenes y forman un tensa relación triangular con una mujer mexicana (la actriz y cantante de origen cubano Maria Conchita Alonso).

Todo esto apunta hacia un desenlace trágico en un lugar donde confluyen demasiados intereses encontrados... y montones de armas a mano.

Sam Peckinpah fue un cineasta tan eficiente como audaz. Considerado un esteta de la violencia, su carácter (marcado por el consumo de alcohol y cocaína) y lo explícito, áspero y gráfico de sus películas lo convirtieron en un outsider de Hollywood. El legado y la influencia de su cine es mas que notable, al ser uno de los primeros en mostrar sin tapujos la violencia física y sus efectos, recreándose en ella mediante recursos como la cámara lenta o el montaje a partir de tomas realizadas desde múltiples ángulos simultáneos. Su carrera se cruzó en 1972 con la de un guionista  novato llamado Walter Hill. Juntos colaboraron en 'La huida', una de las películas mas redondas de Peckinpah y que mejor taquilla lograron, con Steve McQueen de protagonista.

A partir de ahí, cada uno desarrolló su carrera por separado. Walter Hill siguió escribiendo cine, enseguida empezaría también a dirigir y se convirtió en productor de muchas películas con desigual fortuna. Pero como director, la influencia de Peckinpah en su cine será muy remarcable. Tanto, que en 1987 dirigiría esta 'Traición sin límites', todo un homenaje de principio a fin al cine del maestro.

Y es que pocas películas como ésta condensan tan bien la esencia del cine Peckinpahniano (menudo palabro me acabo de inventar). Para empezar, tenemos ambiente y formas de Western (género en el que destacó el maestro), actualizado en el tiempo pero cine del Oeste al fin y al cabo: hay un ranger y un sheriff luchando contra forajidos (narcos en este caso), en una ciudad fronteriza donde la ley se debe hacer valer mediante la violencia ante la lejanía y el desinterés de los burócratas de Washington; Nick Nolte se pasea con el revolver al cinto todo el film y nada mas empezar hay un tiroteo en un bar. Lo dicho, esto es un Western puro y duro. Es una lástima que la banda sonora -obra del gran Jerry Goldsmith- no se encargue de puntear y reforzar esta idea y se pierda en una partitura de sintetizador mas apta para un thriller. 

También tenemos a unos personajes implicados de forma habitual en el uso de la violencia y marcados por ello. Por un lado, el hierático ranger al que da vida Nolte, un idealista desubicado en una sociedad cínica que le obliga a impedir el tráfico de drogas pero que  genera individuos desesperados y necesitados  de su mercadeo para sobrevivir. En igual situación se encuentra su amigo el narco, obligado a hacer valer la ley del mas fuerte. O el comando de paramilitares que acude hasta el pueblo texano: un grupo de soldados oficialmente muertos, a los que nadie echará de menos cuando desaparezcan.
En todo esto hay ecos de 'Grupo salvaje', de 'Quiero la cabeza de Alfredo García' y, en general, mucho del particular universo cinematográfico de Peckinpah. Walter Hill se aplica notablemente en las escenas de acción, consiguiendo una gran secuencia en el tiroteo de la gasolinera y una final de antología.

No todo es redondo en 'Traición sin límites'. Hay un esfuerzo serio por dotar de conciencia y entereza a los personajes y hay muy buenos interpretes. Pero todos entran en el estereotipo de macho alfa embrutecido, casi puedes notar como sudan testosterona. Solo hay un elemento femenino en medio de tanto machote, una ninguneada Maria Conchita Alonso destinada a servir de catalizador de la historia personal que se traen entre manos Nolte y Boothe, que se la disputan como si fuera un trofeo. El resto son una colección de macarras con diferentes motivaciones en una historia que se llega a retorcer demasiado, como si dos líneas argumentales muy distintas se hubieran juntado en la misma película.  Y esto sin mencionar esa manía tan del cine hollywoodiense de mostrar el México fronterizo como una pura guarida de delincuentes: el pueblo que sale al final de la peli es para verlo, un montón de casuchas donde TODOS (literalmente) los mexicanos van armados. 


Pero si están ya un poco hartos de tanta sangre digital y tanta acción inverosímil, creo que sabrán apreciar la honesta propuesta de Walter Hill; cine de tiros donde los balazos causan estragos, filmado sin cromas y sin artificios, con escenas de acción que irrumpen en el film coronando una tensión creciente. Donde la violencia se desata tras escuchar como se rompe el vidrio de una ventana, mientras vemos asomar por ella el cañón de un arma; donde la arenilla del desierto se pega al sudor de los personajes y el olor a pólvora al paladar de sus bocas. Y un héroe al que el mundo no necesita se enfrenta a todos y todo, como en los mejores westerns. Creo que a Sam Peckinpah le hubiera gustado.

Extreme Prejudice (EE.UU., 1987)
Director: Walter Hill     Guion: Harry Kleiner, Deric Washburn  
Fotografía: Matthew F. Leonatti     Música: Jerry Goldsmith
Con Nick Nolte, Powers Boothe, Michael Ironside, Rip Torn, Maria Conchita Alonso, William Forsythe, Clancy Brown, Larry B. Scott.