'La cripta' es la adaptación de una novela de Eduardo Mendoza, con un guion en el que él mismo colaboró. La acción gira entorno a un misterioso y turbio asunto: niñas que desaparecen de uno de los mas selectos internados de Barcelona, para reaparecer a los pocos días sin recordar absolutamente nada.
Por aquello de guardar las apariencias, la policía encarga la investigación a un pobre desgraciado, un antiguo delincuente que se encuentra recluido en un psiquiátrico. Sus pesquisas le llevarán a indagar por toda la ciudad, desde las sórdidas callejuelas del Barrio Chino hasta las casas ajardinadas de Sant Gervasi. Y de eso va la peli, no hay mas.
Hoy la he vuelto a visionar porque ya la tenía en el olvido y porque está ambientada en esa Barcelona de los años 70/80 cuyo recuerdo me encanta recuperar a través del cine. Si, algunos planos son como puñaladas de nostalgia, pero no lo puedo evitar, debo ser algo masoca en este sentido. Por ejemplo, en esta cinta salen las Ramblas con sus sillas de alquiler (frente al cine Capitol, mas conocido como el 'Can Pistolas'), los almacenes Simago, el bar Canaletes y el quiosco junto a la Plaça Catalunya con la prensa del día, cuando aún vendía periódicos y revistas en lugar de souvenirs cutres.
Mas allá de su valor testimonial de la Barcelona que fue y ya no será, 'La cripta' es algo así como una comedia detectivesca con un protagonista inusual que carga con todo el peso de la historia. En términos de cine negro no es gran cosa y el supuesto misterio acerca de las desapariciones se puede intuir facilmente. Y como ficción para aflojarnos la risa, pues tiene algunos momentos irónicos pero poco mas.
Sin embargo, la película cuenta con una de las mejores interpretaciones que recuerdo del gran José Sacristán: un protagonista que vive ingresado en un psiquiátrico y del que desconocemos su nombre, adicto a las Pepsi-Colas y al que le gusta recitar poemas de Becquer y cantar coplas; un 'loco-pero-menos' que sortea los obstáculos de la investigación a base de ingenio y picaresca y dotado de una formidable capacidad de observación y deducción.
Su personaje se enfrenta a situaciones entre peligrosas y surrealistas en un periplo a través de la ciudad para resolver el caso de una niña desaparecida. Como motivación, el inocente convencimiento de que obtendrá la libertad si consigue resolver el asunto. Y como medios, tan solo una cañita para sorber refrescos.
'La cripta' es algo inclasificable: tiene una trama propia del cine negro pero gracias a su peculiar protagonista también funciona como comedia estrafalaria. Su banda sonora, con temas de jazz-fusión donde predomina una guitarra española de sonido muy mediterráneo, se encarga de reforzar mas la parte cómica y desenfadada de la cinta.
Es una película modesta pero con un estupendo elenco de secundarios, lástima que queden algo desdibujados o desaprovechados en un guion irregular. La dirigió un tal Cayetano del Real, que tampoco se complicó mucho la vida; de manera que una de las ideas mas originales y divertidas del cine de la Transición se quedó al final en una cinta discreta.
Eso si, la recomiendo sin reservas si, como yo, prefieres también la Pepsi a la Coca-Cola. Y solo por ver en la pantalla una obra del autor de 'Sin noticias de Gurb' o por el recital que se pega Sacristán, también.
Director: Cayetano del Real Guion: Eduardo Mendoza, Cayetano del Real, Francisco G. Siurana Basada en la novela 'El misterio de la cripta embrujada' de Eduardo Mendoza
Fotografía: Jaume Peracaula Música: Joan Cassola, Diego Cortés
Con José Sacristán, Blanca Guerra, Carlos Lucena, Marta Molins, Rafaela Aparicio, Alfred Luchetti, Mario Gas, Tito Junco, Assumpta Serna, Arnau Vilardebó, Víctor Israel.





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