Richard Burton hace de un escritor inglés llamado John Morlar, un hombre con pinta de estar amargado desde que era un cigoto. Mientras está mirando la televisión -concretamente el accidente de un cohete espacial, si ya les digo yo que este tipo es un alegrías-, alguien se acerca por detrás y le propina un montón de golpes en la cabeza con una estatuilla.
El intento de homicidio fracasa, porque el escritor no fallece. Acaba ingresado en la UCI en estado vegetativo y con menos actividad cerebral que un peluche, pero vivo. De investigar el asunto se encarga un detective de la policía francesa llamado Brunel (Lino Ventura), que es francés pero está en algo así como un intercambio cultural policial en Londres.
Muy raro, cierto. Pero es así y tampoco tiene mas importancia. Las coproducciones entre países tienen estas cosas, a veces.
El detective no tiene ni por donde empezar, lo único que averigua es que le caía fatal a los vecinos. También tiene un puñado de notas sin aparente sentido y la pista de su relación con una psicóloga, la doctora Zonfeld (Lee Remick). Tras entrevistarse con ella, descubrirá que el escritor era un hombre propenso a culpabilizarse de cuanta desgracia sucedía a su alrededor. Mientras tanto y contra todo pronóstico médico, la actividad cerebral de John Morlar parece ir en aumento...
A mediados de la década de los 70 confluyen dos tendencias en el cine de Hollywood. Por un lado, el éxito de dos producciones de terror que gozaron de un presupuesto importante y una aún mejor respuesta en taquilla: 'El exorcista' y 'La profecía'. Por otro lado, 'La aventura del Poseidón' propicia una ola de películas de catástrofes mas grande que la que vuelca al susodicho barco. Todo esto coincide con el auge por el interés en temas como la ufología, las paraciencias y la parapsicología: Uri Geller se paseaba por los platós de televisión de medio mundo doblando cucharillas, los medios de comunicación documentan farsas como los contactados por los extraterrestres de Ummo y en medio mundo triunfan los programas sobre estos temas; por ejemplo en España, 'Más allá' presentado por el doctor Jiménez del Oso.
En este contexto se estrena 'The Medusa touch', título en España: Alarma: catástrofe (El traductor loco ataca de nuevo); un film en el que confluyen el cine de catástrofes, algo de terror diabólico y un thriller donde las paraciencias (telekinesis, concretamente) desempeñan un papel importante. En teoría y en base a esto, la película debería haber sido un exitazo, mas si a la idea le añadimos una reconocida estrella como Richard Burton. Pero la realidad es que no funcionó nada bien en términos comerciales, pasando a ser una cinta casi olvidada en poco tiempo.
'Alarma: catástrofe' está estructurada a modo de un film policiaco narrado a base de flashbacks en los que la psicóloga (interpretada por una elegante y estirada Lee Remick) le va contando al policía francés todo lo que sabe del extraño escritor al que da vida Richard Burton. Por cierto que lo del origen francés del detective es curioso: al tratarse de una coproducción (Gran Bretaña - Francia) tenía que haber un actor galo de prestigio en la película, sí o sí. El afortunado en cuestión fue Lino Ventura, que desempeña un rol eficaz a pesar de lo absurdo de insertarlo con calzador en el argumento.
Dirige Jack Gold, un cineasta veterano y algo anodino que no se complicó la vida: saca provecho de un ajustado presupuesto que luce correctamente en las secuencias de catástrofes, en gran medida gracias al buen hacer de un maestro de los efectos especiales, Brian Johnson. Y logra crear una atmósfera vagamente inquietante, con alguna escena realmente perturbadora como las supuestas grabaciones de personas con poderes psíquicos. Por lo demás, mucho zoom y muchos planos de los ojos de Richard Burton cuando quiere enfatizar, así en plan muy dramático, el origen entre demoniaco y paranormal de sus dones extraordinarios. Un poco cutre para un film que, por momentos, te hace creer que aspira a mas.
La película no logra combinar con acierto esa parte argumental cercana al terror satánico (así se alude en varias ocasiones al origen de los poderes sobrenaturales del Burton) con esa otra capa de fantasía mas formal y cercana a la ciencia ficción. El resultado es muy irregular, mas teniendo en cuenta que las motivaciones del protagonista tampoco quedan nada claras.
Si les gusta el cine de catástrofes es una cinta a considerar siquiera por su rareza. No suele incluirse en las antologías de ese género, todo y contando con dos secuencias de desgracias bastante dignas; una de ellas muy malrollera por su similitud con los hechos del 11-S. Y su desenlace es ambiguo, nada complaciente y contribuye a rematar con acierto el tono desasosegante de la cinta. No es la gran película que quizás aspiraba a ser, pero se puede ver. Vista hoy puede servir como muestra de lo flipados que estábamos todos por aquel entonces con los temas paranormales.
Esta película también es conocida como: 'Satánico', 'La grande menace', 'El abrazo de la Medusa', 'Toque satánico', 'El toque de Medusa' o 'Medusa'.
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