BRANDED TO KILL (Koroshi no rakuin, 1967)


Hay películas que te dejan con el culo torcido. Y unas pocas, de vez en cuando, te dejan con el culo torcido y las orejas del revés. Ésta es una de esas películas.

Me esperaba una típica cinta de yakuzas, tiros, puñetazos, katanas y chicas asiáticas guapas. Algo de esto hay, mas que nada porque es exactamente lo que los de la productora nipona Nikkatsu esperaban que les entregara su director, Seijun Suzuki. En vez de eso, 'Branded to kill' terminó convirtiéndose en una experiencia subversiva e inclasificable. Quizás Suzuki quería romper con el estudio nipón o simplemente estaba harto de hacer siempre lo mismo y de la misma forma. El caso es que se las apañó para montar uno de los films de acción mas osados, oníricos y en general, raro de narices que recuerdo haber visto.


Y si, hay tiros a cascoporro. Hay escenas de acción muy bien filmadas, de ritmo conciso y minucioso y donde ni se adorna ni se camufla la violencia. Si aprecian el cine de acción bien filmado, con gusto por una planificación metódica y una puesta en escena áspera y brutal, disfrutarán la magistral mano de Seijun Suzuki para conseguir escenas imaginativas, intensas y muy bien resueltas. Pero si también esperan que eso esté al servicio de una narrativa mas o menos ordenada, con un trasfondo o unos personajes que puedan interpretar con facilidad... lo mismo se acaban acordando de la familia al completo del director.

'Branded to kill' es una experiencia tan única como inconexa, una película con la que te adentras en una realidad paralela cercana a un ensueño. A partir de una idea un tanto pueril -una organización criminal encargada de asesinar por encargo- , Suzuki juega con todos los elementos formales y narrativos para crear una experiencia inmersiva con sus propias reglas irracionales, absurdas y fascinantes.


La película que condenó al ostracismo de los estudios nipones a Seijun Suzuki es un ejercicio de cine hiperbólico, donde cada plano pugna con el siguiente para atrapar y patear tu culo de cinéfilo acomodado. Aquí vale todo. Hay un protagonista mofletudo y fetichista, una organización de asesinos liderada por una leyenda viviente al que nadie conoce, una chica de elegante belleza obsesionada por la muerte, frágiles mariposas que marcan con fatalidad el destino de un hombre y montones de yakuzas asesinos de estrictas y retorcidas reglas.

Una película diferente, única y transgresora con todo lo mejor del cine de pipas y, al mismo tiempo, en las antípodas del mismo.

Koroshi no rakuin (Japón, 1967)
Director: Seijun Suzuki      Guion: Seijun Suzuki, Hachiro Guryu     Fotografía: Kazue Nagatsuka     Música: Naozumi Yamamoto
Con Jo Shishido, Annu Mari, Mariko Ogawa, Koji Nambara, Isao Tamagawa, Hiroshi Minami, Atsushi Yamatoya.

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