Por si no había poco con semejante mierda, resulta que otro individuo se ha colado en su apartamento para robar y, cuando ella regresa... vuelve a ser violada! Pero esta vez, las cosas acaban de forma muy distinta: Mientras está en pleno asunto, ella agarra lo primero que pilla y le revienta la cabeza a golpes.
El trauma que pilla la chavala tras semejante día es de los que te hunden en la miseria y mas allá. Pero por ahora, a Thana no le queda otra que guardarse su frustración y ya de paso, la automática 9 mm. del tipejo ese. Ah, y el cadáver, convenientemente troceado y conservado en bolsas en la nevera.
A partir de ese momento y fruto del shock, la chica irá desarrollando cierto gusto por tirotear a cualquier elemento masculino misógeno, baboso, acosador y tocanarices con el se cruce.
Extraña e interesante película que forma parte de ese subgénero que se dió en llamar 'rape & revenge' o lo que es lo mismo: violación y venganza. Lo cierto es que es su punto de partida lo que la conecta con esas cintas, normalmente destinadas a la exhibición en las salas 'grindhouse'. Pero a partir de ahí toma un giro curioso, con una protagonista que no emplea la violencia para tomarse cumplida revancha de los culpables, sino como forma de liberar su ira contra los hombres; en particular hacia todos aquellos que se creen con derecho a molestar y a hacer lo que les de la gana con las mujeres.
El director Abel Ferrara va directo al grano y nos muestra los efectos devastadores de esas agresiones sobre la protagonista con algunas pinceladas, como su dificultad para centrarse en el trabajo o su tendencia a aislarse, en especial de los hombres. Tiene pesadillas y visiones y comienza a desarrollar una paranoia con los tíos que acabará, de forma accidental, por impulsarla a usar la pistola como forma de superar el trauma.
Lejos de convertirse en la versión femenina de Paul Kersey, a la protagonista le importa un bledo cargarse a alguien totalmente ajeno a su sufrimiento. Descargará balas y mala leche lo mismo contra pandilleros que contra ligones de bar. Ferrara deforma los clichés del subgénero de justicieros urbanos para entregarnos una anti-heroe reivindicativa, traumada y cabreada.
Pero que no se me malinterprete, en la película no hay espacio para la ideología de género o el feminismo combativo; 'Ms .45' es el retrato de una chica llevada al límite a la que ya no le importa nada. Tiene una pistola capaz de despachurrar a un búfalo, un montón de balas y un trauma insuperable. Así que... ¡que mejor que salir a patrullar N.Y. vestida de icono fetichista para atraer a algún machito incauto! De caperucita (negra, no roja) o de monja pecadora, todo vale para limpiar las calles de pelmazos y maltratadores.
La actriz y modelo Zoë Lund lleva todo el peso de la película; tenía 17 años cuando la protagonizó. De belleza delicada y distante, pasa de víctima a verdugo con convicción, creando un personaje antológico. Desgraciadamente, murió con 37 años, tras una vida marcada por las adicción a las drogas. No se prodigó mucho en cine, aunque colaboró nuevamente con Ferrara en el guion de 'Teniente Corrupto' en el 92.
Una película de justicieros urbanos diferente, visceral y donde se evita el morbo gratuito; sembrada de humor negro y de referencias simbólicas, cuenta con un final que se ve venir pero que no deja de ser un festival inolvidable.
Director: Abel Ferrara Guion: Nicholas St. John Fotografía: James Lemmo
Música: Joe Delia
Con Zoë Lund, Albert Sinkys, Helen McGara, Editta Sherman, Bogey, Darlene Stuto, Peter Yellen.
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