LAS PIRAÑAS ASESINAS (Killer fish, 1979)

 


Un A.D.U.A. (amigo-de-un-amigo) comentó en cierta ocasión cual era su película favorita; tras más de 125 años de historia del séptimo arte sembrados de obras maestras de todo tipo, la agraciada resultó ser 'Anaconda'. Sí, aquella cinta de 1997 en la que Jennifer López intentaba evitar ser devorada por una serpiente amazónica gigante. Y no, no era por ningún motivo personal o nostálgico. Simplemente y siempre desde sus palabras, era porque 'es una película que tiene de todo'. Esto es: tiene acción, aventuras, escenarios exóticos, terror, romance, suspense... de todo!

Aplicando esta argumentación irrebatible, 'Las pirañas asesinas' (estrenada en España con el título de 'Voracidad') debería ser algo así como una obra maestra del estilo cinematográfico del 'tiene de todo'. Hay explosiones a cascoporro, un tornado, pirañas de inconsolable apetito, atracadores y chicas en bikini. ¿Alguien da mas? Oh, y todo ello filmado en los bonitos parajes naturales de Angra Dos Reis, en Brasil. 

La película va de unos atracadores (Con Lee Majors y Karen Black al frente) que se hacen con un mayúsculo botín de piedras preciosas. Y lo ocultan en el fondo de un lago, a la espera que las cosas se calmen. Pero el tipo que ha montado todo el asunto (James Franciscus) no tiene mejor idea que sembrar el lago de pirañas para evitar que ninguno de sus socios se lo robe. 

Un argumento inverosímil, cierto. Pero eso sería disculpable si el resultado final fuera algo mas intenso y divertido. A esto hay que sumarle una falta de medios adecuada para narrar todo lo que se quiere poner en pantalla: montones de explosiones, un tornado, una presa que se viene abajo, un accidente de avioneta... todo tan costoso como innecesario. 

La historia se toma demasiado en serio a si misma, algo para lo que no acompaña su casting, plagado de estrellas de cierto carisma pero de calidad interpretativa algo cuestionable. El mejor:  Lee Majors, ejerciendo de macho alfa de manual, entrecerrando los ojos cuando quiere parecer astuto y arqueando una ceja cuando algo le sorprende. Solo Karen Black se esfuerza en parecer aterrada ante la perspectiva de ser devorada por unos peces carnívoros. El resto del elenco (que incluye a Marisa Berenson y a Margaux Hemingway) parecen estar ahí para cobrar el cheque y pasar unos días al sol de Brasil. 

Por cierto, la localidad donde se filmaron los exteriores (Angra Dos Reis) es una zona costera, algo que rompe de forma intermitente la ilusión de un lago abarrotado de pirañas, en especial con las tomas aéreas. 

'Las pirañas asesinas' pudo haber sido un disparate divertido de haber gozado de un guion menos soso y mas consciente de su condición de entretenimiento bizarro. Se echa de menos algo mas brutal y mas 'pulp'. En su lugar intenta ser espectacular, algo que le hace incurrir por momentos en el ridículo a causa de unos efectos especiales mas bien poco inspirados.

Atención al repertorio de estilo y moda setentero de la cinta, para mi gusto lo mejor: patillas y laca a granel para los peinados, gafas de sol de aviador, pantalones de campana y camisas abiertas... Hasta juegan al backgammon! ¿Qué hay mas de aquellos años que eso? Y de fondo musical suena cada dos por tres una canción de Amii Stewart, lo que contribuye aún mas al festival setentero.

En fin... lamento no haber disfrutado ahora tanto de esta película, como si lo hice a una edad muy temprana en un cine de barrio. En su día y frente a una audiencia mas predispuesta (las cintas de bichos subacuáticos triunfaban arrastradas por el exitazo de 'Tiburón'), supongo que pudo resultar entretenida. Hoy no puedo recomendarla aunque... ¡tiene de todo!


Otros títulos de esta película: 'Voracidad', 'El sol desnudo', 'L'invasion des piranhas'.

Killer Fish  (Italia / EE.UU. - 1979)
Director: Antonio Margheriti     Guion: Michael Rogers     Fotografía: Alberto Spagnoli
Música: Guido y Maurizio de Angelis
Con Lee Majors, Karen Black, James Franciscus, Margaux Hemingway, Marisa Berenson, Frank Pesce, Anthony Steffen, Roy Brocksmith.     


TRAICIÓN SIN LÍMITES (Extreme Prejudice, 1987)

Hasta un pueblo fronterizo del sur de Texas llega un comando de operaciones encubiertas, mandado por el mayor Hackett (Michael Ironside). Son unos fulanos con pinta de haberle lavado muchos trapos sucios al Tío Sam. Su misión consiste en asaltar el banco de la localidad y retirar de una caja de caudales unos documentos pertenecientes al narco Cash Bailey (Powers Boothe) y que implicarían al gobierno de los Estados Unidos en asuntos poco divulgables.

El narco ese utiliza a gente del pueblo para hacer de mulas e introducir droga en el país, algo a lo que el ranger Jack Benteen (Nick Nolte) se enfrenta con la ayuda del sheriff Pearson (Rip Torn), sin demasiado éxito. Disparar y detener a sus paisanos le ha terminado de amargar el carácter, aunque tampoco parece que el tipo fuera anteriormente un dechado de alegría. Además, el narco y él eran amigos de jóvenes y forman un tensa relación triangular con una mujer mexicana (la actriz y cantante de origen cubano Maria Conchita Alonso).

Todo esto apunta hacia un desenlace trágico en un lugar donde confluyen demasiados intereses encontrados... y montones de armas a mano.

Sam Peckinpah fue un cineasta tan eficiente como audaz. Considerado un esteta de la violencia, su carácter (marcado por el consumo de alcohol y cocaína) y lo explícito, áspero y gráfico de sus películas lo convirtieron en un outsider de Hollywood. El legado y la influencia de su cine es mas que notable, al ser uno de los primeros en mostrar sin tapujos la violencia física y sus efectos, recreándose en ella mediante recursos como la cámara lenta o el montaje a partir de tomas realizadas desde múltiples ángulos simultáneos. Su carrera se cruzó en 1972 con la de un guionista  novato llamado Walter Hill. Juntos colaboraron en 'La huida', una de las películas mas redondas de Peckinpah y que mejor taquilla lograron, con Steve McQueen de protagonista.

A partir de ahí, cada uno desarrolló su carrera por separado. Walter Hill siguió escribiendo cine, enseguida empezaría también a dirigir y se convirtió en productor de muchas películas con desigual fortuna. Pero como director, la influencia de Peckinpah en su cine será muy remarcable. Tanto, que en 1987 dirigiría esta 'Traición sin límites', todo un homenaje de principio a fin al cine del maestro.

Y es que pocas películas como ésta condensan tan bien la esencia del cine Peckinpahniano (menudo palabro me acabo de inventar). Para empezar, tenemos ambiente y formas de Western (género en el que destacó el maestro), actualizado en el tiempo pero cine del Oeste al fin y al cabo: hay un ranger y un sheriff luchando contra forajidos (narcos en este caso), en una ciudad fronteriza donde la ley se debe hacer valer mediante la violencia ante la lejanía y el desinterés de los burócratas de Washington; Nick Nolte se pasea con el revolver al cinto todo el film y nada mas empezar hay un tiroteo en un bar. Lo dicho, esto es un Western puro y duro. Es una lástima que la banda sonora -obra del gran Jerry Goldsmith- no se encargue de puntear y reforzar esta idea y se pierda en una partitura de sintetizador mas apta para un thriller. 

También tenemos a unos personajes implicados de forma habitual en el uso de la violencia y marcados por ello. Por un lado, el hierático ranger al que da vida Nolte, un idealista desubicado en una sociedad cínica que le obliga a impedir el tráfico de drogas pero que  genera individuos desesperados y necesitados  de su mercadeo para sobrevivir. En igual situación se encuentra su amigo el narco, obligado a hacer valer la ley del mas fuerte. O el comando de paramilitares que acude hasta el pueblo texano: un grupo de soldados oficialmente muertos, a los que nadie echará de menos cuando desaparezcan.
En todo esto hay ecos de 'Grupo salvaje', de 'Quiero la cabeza de Alfredo García' y, en general, mucho del particular universo cinematográfico de Peckinpah. Walter Hill se aplica notablemente en las escenas de acción, consiguiendo una gran secuencia en el tiroteo de la gasolinera y una final de antología.

No todo es redondo en 'Traición sin límites'. Hay un esfuerzo serio por dotar de conciencia y entereza a los personajes y hay muy buenos interpretes. Pero todos entran en el estereotipo de macho alfa embrutecido, casi puedes notar como sudan testosterona. Solo hay un elemento femenino en medio de tanto machote, una ninguneada Maria Conchita Alonso destinada a servir de catalizador de la historia personal que se traen entre manos Nolte y Boothe, que se la disputan como si fuera un trofeo. El resto son una colección de macarras con diferentes motivaciones en una historia que se llega a retorcer demasiado, como si dos líneas argumentales muy distintas se hubieran juntado en la misma película.  Y esto sin mencionar esa manía tan del cine hollywoodiense de mostrar el México fronterizo como una pura guarida de delincuentes: el pueblo que sale al final de la peli es para verlo, un montón de casuchas donde TODOS (literalmente) los mexicanos van armados. 


Pero si están ya un poco hartos de tanta sangre digital y tanta acción inverosímil, creo que sabrán apreciar la honesta propuesta de Walter Hill; cine de tiros donde los balazos causan estragos, filmado sin cromas y sin artificios, con escenas de acción que irrumpen en el film coronando una tensión creciente. Donde la violencia se desata tras escuchar como se rompe el vidrio de una ventana, mientras vemos asomar por ella el cañón de un arma; donde la arenilla del desierto se pega al sudor de los personajes y el olor a pólvora al paladar de sus bocas. Y un héroe al que el mundo no necesita se enfrenta a todos y todo, como en los mejores westerns. Creo que a Sam Peckinpah le hubiera gustado.

Extreme Prejudice (EE.UU., 1987)
Director: Walter Hill     Guion: Harry Kleiner, Deric Washburn  
Fotografía: Matthew F. Leonatti     Música: Jerry Goldsmith
Con Nick Nolte, Powers Boothe, Michael Ironside, Rip Torn, Maria Conchita Alonso, William Forsythe, Clancy Brown, Larry B. Scott.

JOE, CIUDADANO AMERICANO (Joe, 1970)

Melissa (Susan Sarandon) es una mozuela que convive con un hippie (Patrick McDermott) en un cuchitril de apartamento. El tipo ejerce de camello y no la trata con decoro que digamos. Debido al abuso de drogas, acaba ingresada en un hospital.

Acuden a interesarse sus papis (Dennis Patrick y Audrey Caire), quienes recuperan así el contacto con ella tras muchos años. Él decide entonces acudir al apartamento cuchitril a buscar algunas cosas de su hija y ya de paso husmear un poco. Allí se encuentra con el novio camello, con el que pierde los nervios tras ver las perrerías de drogas en las que ha metido a su hijita; llegan a las manos y en un arrebato de furia, el papi se lo carga tras estamparlo con saña contra la pared.

El hombre vaga por la calle, asustado y confuso. Entra en un bar cualquiera donde Joe (Peter Boyle) -un habitual del local- se encuentra despotricando contra los hippies, los negros, los inmigrantes y, en general, contra todo aquello que considera culpable de los males de los Estados Unidos.

Cuando en las noticias de la tele emiten la noticia del asesinato del hippie camello, Joe intuye la relación entre aquel señor de aire perturbado y la muerte del tipejo en cuestión. A partir de ahí se iniciará una relación de complicidad entre ambos, basada en la admiración que Joe profesa al padre justiciero. 

Todo parece ir mas o menos bien hasta que Melissa descubre lo sucedido y regresa con sus amigotes hippies. Su padre emprenderá entonces su búsqueda, junto con su nuevo y muy reaccionario amigo, Joe.


'Joe, ciudadano americano' es una película dirigida por John G. Avildsen, mas tarde al cargo de éxitos tan reconocibles como 'Salvad al tigre', 'Rocky' o la saga 'Karate kid', con un Peter Boyle mayúsculo al frente y un mordaz guion de Norman Wexler que le valió una nominación al Óscar a mejor guion original.

Wexler solía padecer brotes psicóticos; en uno de ellos llegó a amenazar públicamente con matar al presidente Nixon, lo que le llevó a ser arrestado. Descrito como un hombre de gran talento pero también borde e impredecible, de su máquina de escribir salieron películas como 'Serpico' o 'Fiebre del Sábado noche'.

La película gira -aparentemente- entorno al personaje interpretado por Dennis Patrick, un padre de familia de clase acomodada, ejecutivo en una empresa de publicidad; el típico señor de ideología conservadora moderada, con la corrección como forma de conducirse por la vida y siempre pendiente de guardar las apariencias. En teoría, porque aquí el que se come la tostada es Joe, el personaje de Peter Boyle; un obrero de la metalurgia sin pelos en la lengua ni tapujos, machista, orgulloso de su pasado como veterano de la guerra mundial y que cree y hace suyo cualquier postulado contra negros, inmigrantes, homosexuales y hippies. En este sentido, su discurso en el bar cuando ambos personajes se conocen ya le define magistralmente, en el que es uno de los mejores momentos del film.

Ambos son el exponente de los Estados Unidos mas reaccionarios: Bill -el padre de la chica- pertenece a una clase social acomodada. A pesar de poderle dar a su hija una educación envidiable, ella se ha desentendido de esa forma de ver la vida. Por otro lado, Joe representa la aceptación del ideario mas populista y extremo, aquel que prefiere poner el foco sobre los supuestos enemigos del auténtico modo de vida americano. A través de los ojos de ambos asistimos a una mordaz crónica de aquellos Estados Unidos donde convivían el Nixon anterior al escándalo Watergate, los hippies y los movimientos contraculturales, el avance en los derechos de las minorías y el desencanto de la guerra de Vietnam. Todo ello a través de una historia sencilla, con diálogos mordaces y algo de humor negro. El gran acierto en la película es que no toma parte en lo que nos muestra; solo lo hace aportando un punto de ironía que, junto a la obsesión de Joe por las armas, anticipa de algún modo un desenlace dramático.

Porque al final corre la sangre, si. De hecho, Peter Boyle quedó tan escandalizado al ver la reacción del público en los primeros pases del film que, en el futuro, rechazaría cualquier otro rol que implicara armas o violencia; esto incluyó -ahí es nada- el papel del detective Popeye en 'The french connection'. A cambio, le recordaremos siempre por papeles tan molones como el investigador de 'Hardcore, un mundo oculto' (1979) o el de monstruo en 'El jovencito Frankenstein'. 

'Joe, ciudadano americano' no es una peli redonda; la banda sonora es pobre y parece mas propia de un telefilm, alguna escena podría ser bastante mejor (la muerte del hippie camello) y se aprecia la falta de experiencia en la dirección de Avildsen. Pero sigue siendo una estimulante visión de aquella América de principios de los 70 además de un ácido retrato del populismo mas rancio. Muchas de las películas de acción posteriores abrazarían sin complejos la ideología que se exhibe en esta cinta. De hecho, al año siguiente se estrenaría 'Harry el sucio', con un éxito bestial.

Como curiosidad, en los créditos de esta película aparece el nombre de Cannon Films. En efecto, es ESA Cannon Films pero antes de ser comprada por Menahem Golan y Yoram Globus. Aún faltaban unos cuantos años para Chuck Norris, Van Damme y lo demás... 


Joe (EE.UU, 1970)
Director: John G. Avildsen     Guion: Norman Wexler     Fotografía: John G. Avildsen
Música: Bobby Scott
Con Peter Boyle, Dennis Patrick, Susan Sarandon, Patrick McDermott, Audrey Caire, K Callan.

BARCELONA SUR (1981)

 


Cuento ya con algo mas de medio siglo de edad, de manera que los recuerdos y cierta nostalgia pegajosa me obligan a visionar casi cualquier película ambientada en la Barcelona de finales de los 70 - principios de los 80. Así que ha sido encontrar ésta, 'Barcelona Sur', y ponerme con ella.

La película comienza con la salida de prisión de Gúmer (Marta Molins). Su única amiga es una prostituta, Charo (Alma Muriel) y ambas sueñan con dejar atrás esa vida marginal y chunga que llevan. Pero por ahora, deben conformarse con seguir a la sombra de Toni (Jaime Moreno), el chulo de Charo y su colega Ángel (Ángel Jové), un fulano capaz de ir con gafas de sol por la noche y que lo mismo toca el saxofón que te pega una paliza.

Las dos amigas consiguen por casualidad (e imperativo del guion) una pistola. Y adelantándose en casi cuatro décadas al concepto 'empoderamiento femenino', forman una efímera banda con otras chicas, que son dependientas en una tienda de ropa y patinadoras en su tiempo libre. Como no les sale bien lo de ir por ahí robando, las dos amigas planean hacerse con un alijo de heroína que Toni, el chulo, tiene pendiente de entregar a un comprador. Naturalmente, las cosas se complicarán.


'Barcelona Sur' fue un intento de cine negro retratando la Barcelona pre-olímpica: mas auténtica, y aún lejos en el tiempo de franquicias en cada uno de los locales y de las hordas de turistas manoseando todo. Desgraciadamente se quedó en eso, en un intento. La verdad es que el ambiente del 'barrio chino' (actual Raval) daba para mas y la película no termina de explotar todo su potencial. Si, sale la Plaça Reial y el puerto, pero las calles estrechas con borrachos, putas y olor a pipi no tienen apenas protagonismo. O por lo menos, no tanto como los locales de diseño (aparece la mítica sala 'Zeleste') o las discotecas.

En lo que si acierta un poco mas Jordi Cadena -el director- es en el muestrario humano de la ciudad, intercalando personajes que no aportan nada pero dan color: un joven Juanjo Puigcorbé interpretando a un ligón encuestador, un travestido con habilidad para arreglar máquinas expendedoras de tabaco, unas colegialas de barrio pijo intentando pillar 'chocolate'...

En lo demás, la película es realmente aburrida, sin nada interesante que contar en su hora y cuarenta minutos, hasta concluir en un final muy predecible. La protagonista sale de la cárcel y se dedica a ir de aquí para allá conociendo a gente o sorteando situaciones incómodas, entre ellas una violación. Va a una discoteca y charla con su hermana (Irán Eory), va a una barra americana y charla con una amiga...la trama se conforma con ir presentando ambientes y personajes pero no acumula tensión ni interés. 


Algunos momento son absurdos, como varias escenas de coreografías y bailes que parecen estar ahí para acumular metraje. Como curiosidad, una de las bailarinas es una muy joven -y reconocible- Silvia Munt, antes de darse a conocer por su papel de 'Colometa' en la miniserie 'La Plaza del Diamante'. También te comes por la cara dos videoclips  casi completos, uno de 'Devo' y otro de 'The flying lizards', con la excusa de mostrar la atmósfera modernilla de una discoteca. 

El momento cumbre de la película es cuando las dos protagonistas se van a patinar con las dependientas de una tienda de ropa, que no se sabe si ya las conocen de antes o no, pero luego pasan a formar parte de un intento de banda con ellas dos. Al final, toda la peli se debate entre situaciones así de surrealistas junto con otras que no aportan nada. Como 'film noir' funciona de forma torpe y muy intermitente. 

Salvan un poco la función las interpretaciones, en especial la de su protagonista Marta Molins, que logra que tomes cierto interés en las desventuras de Gúmer, su personaje. Mas allá de esto, no puedo recomendar la película salvo para quien quiera pasear la mirada por aquella Barcelona ya tan lejana en el tiempo. 

'Barcelona Sur' funcionó bien en taquilla en su estreno, quedando luego totalmente olvidada. Por lo que he leído por ahí, suele considerarse dentro del género / fenómeno denominado 'cine quinqui' , aunque yo apenas le he encontrado puntos en común. A lo sumo, la  breve presencia del actor José Luis Manzano, habitual de aquellas películas. En lo demás, creo que es una cinta de cine negro de manual.

Una anécdota: el personaje de Toni (el chulo al que interpreta Jaime Moreno) se pasa gran parte de la peli jugando a un arcade, el 'Missile Command' de Atari. Sin embargo el sonido que se escucha es de otro juego clásico: 'Galaxian', de Namco; aunque esto es lo de menos, teniendo en cuenta que a veces el actor aparece jugando con la máquina en la pantalla de insertar monedas.

Esta película también se estrenó como 'Las cachorras' y 'Barrio Sur' en países de Sudamérica.

Barcelona Sur  (España - México, 1981)
Director: Jordi Cadena     Guion: Jordi Cadena, Gustau Hernández     
Fotografía: Jaume Peracaula     Música: Carles Santos
Con Marta Molins, Alma Muriel, Jaime Moreno, Ángel Jové, Carles Velat, Irán Eory, Paca Gabaldón, Jose Luis Manzano, Myriam de Maeztu, Alfred Lucchetti, Juanjo Puigcorbé.